mercoledì 30 gennaio 2008

]..Capitulo 1..[

Me revuelvo entre las sabanas a saborear esos momentos de agradable inconsciencia antes de que la aplastante realidad se me caiga toda encima, como un jarro de agua fría.
Era noviembre, y era lunes. Aunque ya no encuentro nada de romántico en su sabor agridulce, ni en su húmeda y punzante melancolía.
Rutina, simple y llanamente.
Y ese sentimiento constante de no estar donde me corresponde me acompaña allá donde voy, como de ser una intrusa en mi propia vida, sombra de mi misma.
Desconcertaba tanto el hecho de que siempre pensé que el iba a estar ahí, siempre tuve esa seguridad.
Pero con el tiempo ya fui aprendiendo que los besos no son regalos ni contratos ni promesas, que esa dependencia me estaba restando opciones…Y aprendí a sacarle de mi vida, ya no era mas que un recuerdo o al menos eso me hacia decir a mi misma una y otra vez.
Aun así no puedo evitar pensar que me falta algo, que lo extraño, se que tan solo soy ese puzzle incompleto…
Pero salí a enfrentarme a ello. Sabia que el iba a estar allí, en la parada, como siempre.
Y que tendría que verlo. Y que tenia que seguir con mi vida, había tomado una decisión.

Todo esto me encontraba masticando a la vez que la tostada, cuando alcance a ver lo tarde que se hacia. Y no me podía permitir llegar de nuevo tarde, estaba empezando a cojear en el curso y no había hecho más que empezar. Cogi las llaves y en un instante ya estaba abajo, llegue a tiempo de milagro. Una vez dentro, me dirigí al sitio de siempre. Por mucha que tratara de negármelo, me gustan esas pequeñas costumbres, me acomodo rápido a lugares y personas. En un par de paradas lo vería, y con el simple pensamiento se me revolvió el estomago.
Por supuesto que estaba allí. Cuando subió ciertas palabras se me vinieron a la mente
“hace tiempo que empecé a echarte de menos”
…pero me mordí la lengua, y las palabras murieron a medio camino.

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